Madres en duelo que abrazan la esperanza de una despedida digna
En el Día de las Madres, muchas celebran con flores y abrazos, pero otras enfrentan el silencio de una cuna vacía. Son madres que perdieron a sus bebés en el vientre o al poco tiempo de nacer, cargando un duelo invisible y poco reconocido. Este texto honra su amor, su dolor y su derecho a una despedida digna.
El Día de las Madres es una fecha para celebrar el amor, la vida y la maternidad. Sin embargo, para algunas madres, este día resalta la ausencia de un hijo que ya no está con ellas.
Las madres que pierden a sus hijos durante la gestación o poco después del parto enfrentan un duelo que, en muchos casos, permanece invisible para la sociedad. La pérdida perinatal, que no siempre se reconoce ni se registra adecuadamente, genera un sufrimiento profundo y muchas veces solitario, donde las emociones como culpa, enojo y tristeza se entrelazan con la necesidad de dignidad en la despedida.
La falta de protocolos claros en el manejo de la muerte gestacional, la no entrega del bebé a las familias y la falta de reconocimiento oficial, han dejado a muchas madres y padres sin un lugar simbólico para honrar a sus hijos. Este artículo reflexiona sobre el duelo perinatal, destacando su impacto en las relaciones de pareja, el importante papel de la expresión emocional y la necesidad de ofrecer espacios de recuerdo y apoyo emocional.
Además, se aborda la Iniciativa de Ley 6153, que busca garantizar una despedida digna para todos los bebés fallecidos, sin importar el tiempo de gestación, como una forma de dignificar la muerte gestacional y ofrecer un camino hacia la sanación para las familias que atraviesan esta experiencia.
El duelo no reconocido y la despedida digna
La pérdida de un hijo antes de nacer o en las primeras horas de vida es un duelo que rara vez recibe el reconocimiento que merece. Si el bebé no nace o fallece poco después del parto, muchos no lo registran oficialmente, lo que significa que no existe un lugar en el que los padres puedan despedirse. Esta falta de un espacio simbólico crea una barrera importante en el proceso de aceptación.
Reconocer esta maternidad no tradicional es esencial para permitir que las madres y padres vivan su duelo de manera saludable.
El valor de la realidad, uno de los pilares del funeral, nos recuerda que es necesario reconocer la pérdida como real. Los padres deben tener un lugar simbólico donde poder honrar la memoria de su bebé.
La Fuente de los Recuerdos en el cementerio Los Parques es un ejemplo de cómo se puede ofrecer un espacio para ello, mediante una plaquita personalizada con el nombre del bebé. Este tipo de espacio permite que los padres acepten la pérdida y encuentren consuelo en medio del dolor.
Culpa injustificada
Uno de los sentimientos más comunes en las madres que han perdido a un hijo en el período perinatal es la culpa. Muchas veces se sienten responsables, pensando que podrían haber hecho algo diferente para salvar a su bebé. La idea de que su cuerpo no pudo sostener al bebé, que no fue capaz de procrear o mantener la vida durante el embarazo puede ser devastadora.
Además, esta culpa se ve exacerbada por los juicios externos o el silencio social en torno a la pérdida. Es fundamental recordar que existe la naturaleza y los factores fuera del control humano. Las complicaciones médicas, las malformaciones genéticas y otros factores son causas comunes de las pérdidas perinatales.
Las madres deben entender que no hay culpa en una pérdida que no pudieron prevenir ni evitar. El cuerpo humano y la naturaleza tienen sus propios ritmos y limitaciones, y no debemos cargar con la responsabilidad de algo que está fuera de nuestras manos.
El enojo y la tristeza
El duelo por este tipo de pérdida está marcado por la tristeza, sino también por una variedad de emociones complejas, como enojo y tristeza profunda. El enojo puede surgir por la sensación de injusticia ante la pérdida, la frustración por no poder haber hecho más, o incluso por la incomprensión de los demás. Las madres pueden sentirse furiosas con su cuerpo, con el destino o incluso con aquellos que parecen seguir adelante con sus vidas sin comprender el peso emocional que ellas llevan.
Por otro lado, la tristeza se convierte en una constante que acompaña a la madre, incluso en momentos que deberían ser de alegría, como el Día de las Madres. La pérdida de un hijo, aunque no sea visible para los demás, deja una huella emocional que perdura. Esta tristeza es válida y debe ser aceptada, sin intentar minimizar o compararla con otros tipos de pérdidas.
La tormenta del duelo
Al igual que en una tormenta, el dolor emocional del duelo puede ser abrumador y confuso. Las emociones se agitan, como los vientos y las lluvias, y no hay forma de predecir cuándo pasará. Durante este tiempo, los padres, especialmente las madres, necesitan encontrar refugio y contención. No se deben tomar decisiones importantes durante la tormenta, ya que las emociones están a flor de piel y pueden nublar el juicio.
Los primeros tres meses del duelo son cruciales, y tomar decisiones impulsivas, como una separación o un cambio drástico, puede generar más sufrimiento.
Refugio y contención
Así como buscamos refugio durante una tormenta, también necesitamos espacios de calma para procesar el dolor. Una de las formas de ofrecer refugio es a través de la escucha activa y validación emocional, permitiendo que los padres expresen libremente su dolor. El acompañamiento cercano y personalizado de familiares también es esencial, ofreciendo apoyo constante durante el proceso.
Además, los espacios simbólicos de memoria, como La Fuente de los Recuerdos, con una plaquita personalizada, brindan un lugar donde los padres pueden rendir tributo al bebé perdido. Este tipo de memoria no sólo ofrece consuelo, sino que valida la existencia de ese bebé en sus vidas, convirtiéndose en un ancla emocional que los acompaña en su camino hacia la sanación.
Ofrecer terapia profesional, actividades expresivas y apoyo espiritual, son otras formas de brindar contención. También es vital darles tiempo para sanar y permitirles tomar decisiones prácticas con apoyo y respeto.
Es importante nombrar a sus hijos y mencionarlos en conversaciones familiares, ya que esto refuerza su presencia y su importancia en la vida de los padres.
Estos elementos permiten navegar el dolor con la certeza de que su duelo es acompañado y respetado.
Pareja y el duelo
El duelo por la pérdida de un bebé en el período perinatal afecta profundamente a la relación de pareja. Aunque ambos padres atraviesan el mismo dolor, lo viven de forma diferente. Esto puede generar incomprensión y distanciamiento emocional.
De acuerdo con estudios, aproximadamente el 15-25% de las parejas se separan después de una pérdida perinatal. Las diferencias en la forma de vivir el duelo, la falta de comunicación y el estrés emocional pueden llevar a una desconexión emocional, lo que pone en peligro la relación.
Reconocimiento y expresión emocional de los padres
Es importante recordar que el duelo no es solo una experiencia femenina; los padres también atraviesan el dolor de la pérdida de un hijo. Sin embargo, las expectativas sociales a menudo llevan a que los hombres oculten sus emociones, sintiendo que deben ser "fuertes" por el bien de su pareja o la familia.
Esta resistencia a la expresión emocional puede generar una desconexión dentro de la relación de pareja, creando más dolor en lugar de aliviarlo.
El reconocimiento y la expresión emocional son parte de la naturaleza humana y no hay nada de débil en permitirnos sentir y mostrar nuestras emociones. De hecho, permitir que los hombres expresen su tristeza, enojo o frustración de manera abierta y sincera, fortalece la relación de pareja.
Cuando ambos miembros de la pareja se permiten sentir y compartir su dolor, la conexión emocional se profundiza y pueden apoyarse mutuamente en el proceso de sanación. Negarse a expresar el dolor puede llevar a la desconexión emocional, lo que aumenta las probabilidades de que las parejas se separen durante este difícil proceso.
Según el profesor Robert A. Niemeyer, la reconstrucción del sentido de la pérdida solo es posible cuando los individuos, tanto mujeres como hombres, pueden integrar sus emociones en un proceso compartido de duelo. No se trata solo de "superar" el dolor, sino de aprender a vivir con él y ese proceso es más sencillo cuando las parejas se enfrentan juntas a la tristeza y la confusión.
Celebrando la maternidad con dolor
Este Día de las Madres, celebramos a todas las madres, incluidas aquellas que han perdido a sus hijos. La maternidad no solo se define por el tiempo físico que un hijo pasa con su madre, sino por el amor eterno que sigue vivo en su corazón.
Las madres que han perdido a un bebé durante el embarazo o en los primeros días de vida siguen siendo madres y su dolor es válido. Aunque no puedan ver a su hijo crecer, su amor es inmortal.
A través de lugares simbólicos como La Fuente de los Recuerdos, las madres tienen un espacio donde pueden rendir tributo a sus hijos y aceptar la realidad de la pérdida. Celebrar esta maternidad en el dolor es una forma de honrar a aquellas madres que viven con la ausencia de un hijo, pero con un amor que nunca muere.
Esperanza de una despedida digna
En Guatemala, la Iniciativa de Ley 6153, presentada por la diputada Gabriela Guerra, busca dignificar la muerte gestacional y garantizar que los bebés fallecidos durante el embarazo reciban una inhumación digna, sin importar el tiempo de gestación.
Actualmente, las leyes guatemaltecas establecen que, si un bebé fallece antes de las 20 semanas de gestación, no se entrega a la familia para su despedida, siendo considerado desecho bioinfeccioso. Este vacío legal ha generado sufrimiento innecesario, ya que muchos padres no pueden rendir homenaje a su bebé perdido, viéndolo tratado sin respeto ni dignidad.
La ley también busca que las familias tengan derecho a conocer al bebé, acunarlo, inhumarlo (enterrarlo) y rendirle homenaje en un lugar simbólico, lo cual es un paso importante para el proceso de sanación emocional.
La Iniciativa de Ley 6153 también responde al derecho a la intimidad familiar, permitiendo que los padres puedan tomar las decisiones necesarias para manejar la muerte gestacional de acuerdo con sus propios valores y deseos. De esta manera, la ley se presenta como una esperanza de reconocimiento y respeto para aquellas madres y padres que atraviesan este tipo de pérdida.
El duelo por la pérdida de un hijo en la etapa gestacional o poco después del nacimiento es un proceso doloroso que no siempre es reconocido ni acompañado de la manera adecuada. A pesar de la invisibilidad que enfrentan muchas madres y padres, existen avances como la Iniciativa de Ley 6153 en Guatemala, que busca garantizar una despedida digna para todos los bebés.
Es esencial que continuemos trabajando por políticas públicas que dignifiquen la muerte gestacional, reconociendo el derecho de las madres y los padres a expresar su dolor, encontrar consuelo en el recuerdo simbólico de sus hijos y sanar a su propio ritmo.
El dolor de perder un hijo nunca debe ser minimizado. Todos los bebés merecen ser tratados con respeto y humanidad, y todas las madres tienen el derecho de vivir su duelo de manera completa, con la esperanza de que algún día podrán encontrar la paz en la memoria de sus hijos.
En este Día de las Madres, celebremos a todas las madres, incluyendo a aquellas que, aunque sus hijos no estén físicamente con ellas, llevan en su corazón un amor que nunca se apaga y que sigue vivo en cada acto de recuerdo, amor y tributo.
Müller, M., & Jørgensen, H. (2013).
El duelo perinatal: Un estudio sobre las experiencias emocionales y el acompañamiento de las familias.Journal of Perinatal Medicine, 41(2), 197-203.
Niemeyer, R. A. (2000).
El sentido del duelo: La reconstrucción de la pérdida. Editorial Desclée de Brouwer.
T. Figeras Uranga
Centro de Salud Mental Hospital Universitario Mútua de Terrassa.